
Hilario quiere que Adelaida lo acompañe a Cantarrana para que convenza a Victoria de que regrese a la capital y deje de sabotear la hacienda, pues con eso solo se está poniendo en peligro; la señora acepta acompañarlo porque se trata de su hija. Victoria se compadece de Federico cuando éste, conteniendo el llanto, admite que fue él quien asesinó a su papá. Nicolás llega a la hacienda con Victoria prendida en fiebre y desvanecida; el joven explica a Adelaida y Fernanda que la encontró sola en medio del camino y ya ordenó a varios peones que fueran en busca de Federico; la señora Alcoy, que no aprueba que la muchacha haya sido llevada hasta la que ahora es su casa, no puede dejar de avergonzarse cuando Adelaida le reprocha su falta de humanidad.