Carlos revela ante Adriana la comprometida visión que tiene de ser padre; la chef vuelve a molestarse con el médico en el instante que una mujer se acerca a él seductora.
Ignacio asume que se convertirá en socio del Da Perroni aunque Salvatore tiene la sensación de que cometió un gran error al aceptar la ayuda de su yerno.
César Román y Carlos comparten unos tragos en el instante que el médico confiesa que terminó con Ninoska porque esta enamorado de Adriana; César se consterna con la noticia.
Adriana se niega a creer que Carlos Raúl haya dejado a su novia; el médico le jura que no le miente en el momento que Azalea se acerca preguntando de qué habla la pareja.
Ignacio sugiere que deben hacerse remodelaciones en el restaurante y despedir parte del personal; Carlos Raúl le deja claro que no tiene ningún derecho sobre el negocio familiar.
César Román tiene su programa de cocina, pero en pánico durante la primera transmisión, Mamá Juana sorprende a todos al tomar la conducción del programa.
Conscientes de que Ignacio podría emprender una demanda legal contra ellos, Carlos Raúl señala a su hermano, con velada intención, que deben permanecer unidos.
Finalizado el espectáculo, Adriana llora al recordar que quiso ser bailarina pero no pudo por la humildad de su familia; César, conmovido, siente que la ama cada vez más.
Tras pasar un agradable rato juntos, Joel se despide de Beatrice justo en el instante que Ignacio los interrumpe y, reconoce al mesero que lo vio besándose con Francesca.
Adriana y Carlos Raúl comparten una copa en el momento que Ninoska, eufórica, aborda al médico a fin de agradecerle el romántico detalle que tuvo con ella.
Carlos esta esperando en casa de Palacios, en el momento que Patricia sale con Tatiana. Patricia pregunta qué hace C.R. Perroni en su hogar y Adriana indaga de dónde se conocen.
Al percatarse que ha dejado su celular en una tienda, Adriana se aleja de Tatiana y Patricia; justo entonces, ésta se topa con César Román, quien la reconoce de inmediato.
Carlos Raúl le manifiesta a Mauricio que, a pesar de ser descubierto por Adriana en su plan de apresar a César, no desmayará en conquistar el corazón de la joven.
César recuerda con profunda tristeza los momentos vividos con Adriana en la cocina del restaurante cuando de pronto es sorprendido por la presencia de la chica.
Ninoska continúa tratando de hablar mal de los Palacios,diciéndo que una de las Palacios es la oveja negra de la familia. Carlos Raúl estalla ante este comentario.
En una fuerte discusión, Azalea le dice a César que, aunque la niña sea su hija, jamás aceptará en la familia a la hija de una ramera. Justo en ese instante llega Matilde.
Derrotado ante las palabras de Adriana, Carlos Raúl le dice a su hermano que, con su actitud logró que la joven Palacios no quiera saber nada de ellos.
Ninoska le ha preparado una sopa a Carlos Raúl, la mujer aprovecha la receptividad de Perroni para decirle que Adriana estaba en el cumpleaños dedicada por completo a César.
Salvatore intenta evadir la pregunta de su hijo sobre las nuevas negociaciones alegando que deben viajar. En un estallido, César le pregunta a su padre si se va a morir.
Ninoska comienza a masajear a Carlos Raúl, éste se deja llevar pero en un impulso reacciona y le pide a la joven que no insista pero ésta le asegura que no habrá quien la detenga.
Carlos Raúl le da la noticia a César que existe la posibilidad de que lo operen, éste último le alega a su hermano que a pesar de sus evasivas él sabe que está condenado a muerte.
Después de conversar con Carlos Raúl, Adriana llega deshecha a su casa cuando es sorprendida por Cristian, quien saca un revólver y la amenaza para que se vaya con él.
Adriana advierte a Cristian y a Carlos Raúl, que no se peleen por ella, como si fuera una olla del restaurante, exige respeto y decide que no quiere nada con ninguno de los dos.
Adriana se encuentra con Cristian. Pero es César quien la está esperando. Cristian se acerca al lugar y se paraliza al ver que es su hermano gemelo quien conversa con la muchacha.
César se presenta en casa de los Perroni. Cristian, frente a todos, comienza a insultarlo y sufre un infarto que le quita la vida. Azalea culpa a Adriana de lo ocurrido..
Victoria quiere arremeter contra Diego pero éste sale huyendo y Matilde impide que la muchacha lo siga. Ella jura que no dudará en vengarse de él por estar engañándola de nuevo.
César le recuerda a Adriana que él necesita que ella sea no sólo su amiga y esposa, sino su amante; la muchacha se deja besar por el chef, pero sin demostrar ningún entusiasmo.
Apenas llega Carlos Raúl, Ninoska le sale al paso reclamándole que la esté engañando con Adriana descaradamente; le muestra las fotos como prueba de su acusación.
César durmiendo su embriaguez. Carlos Raúl lleva a Adriana hasta su apartamento para que puedan conversar tranquilamente; ella quiere huir pero él le ruega que no lo haga.
Carlos Raúl avisa a Adriana que, en vista de que ninguno es lo suficientemente valiente para defender su amor, ha decidido alejarse de ella para siempre.
Azalea hace otra de sus escenas cuando Adriana se dispone a acompañar a la familia al cementerio; la señora le recuerda a Salvatore que debe decidir entre la chef y ella.
Los pinches defienden a Adriana. Ninoska aprovecha para sugerirle a Azalea que precise a César exigiéndole que le dé su puesto como la madre de los Perroni.
Adriana sigue discutiendo con Azalea y Ninoska porque quiere llevarse a Tatianita; César, que llega con Carlos Raúl, intenta mediar, pero está decidida a llevarse a la niña.
Salvatore trata de quitarle el arma a Azalea pero ésta, enajenada, golpea a su esposo con un jarrón dejándolo sin sentido y huye dispuesta a arremeter contra Adriana.
Los Perroni se impresionan ante lo ordinarios que son los miembros de la familia Chaparro, con quienes tendrán que compartir su casa debido a la exigencias de Adriana.
Angustiados porque la policía no ha podido dar con el paradero de Azalea y la niña, Adriana y César regresan a la casa Palacios, donde descubren que Carlos Raúl los espera.
Adriana se emociona al ver la hermosa velada que ha preparado Carlos Raúl para ella; la pareja se deja llevar por sus sentimientos y consuman el profundo amor que se profesan.
Adriana recibe la llamada de Carlos Raúl para ponerla al tanto de que Azalea despertó y la acusó ante la policía como la responsable de haberle disparado.
Santiago le cuenta a Adriana que gracias al informe médico psiquiátrico de Azalea, la juez aceptó darle la libertad bajo fianza. Carlos Raúl se presenta en ese momento.
Carlos Raúl, César Román y Francesca reconstruyen el atentado en contra de Azalea, llegan a la conclusión de que el cuchillo es el que dejó Nacho en casa de Francesca.
César Román desea felicidad a los nuevos esposos, pero Santiago -la nota discordante- al brindar por una felicidad que dure hasta que Salvatore Perroni los destruya en el juicio.